domingo, 22 de febrero de 2009

FUNGLODE inaugura el II Foro Domínico-Haitiano con un panel de tres expertos


la isla digital


Con el título "Los desastres naturales en el Caribe en 2008: Haití, Republica Dominicana y Cuba", se extenderá hasta el viernes 20
Omar Ramírez, moderador de la actividad, a la izquierda, junto a Elsa Ponseca, Magda Mathurín y Nathanael Concepción, de ANURD.
(Santo Domingo, 19 de febrero de 2009). La Fundación Global Democracia y Desarrollo (FUNGLODE) dejó inaugurado esta noche el II Foro Domínico-Haitiano, que en esta ocasión se ocupa del debate de los desastres nacionales a partir de las experiencias de la República Dominicana, Haití y Cuba.
El acto inaugural, moderado por Omar Ramírez, director del Centro de Estudios de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible de FUNGLODE, fue abierto por el director de la entidad, Frederic Emam-Zadé, y por la responsable del foro, Magda Mathurín.
La primera expositora de la noche fue Elsa Fonseca, de Grupo de Evaluación de Riesgos de Cuba. En su intervención, dijo que, como respuesta a los potenciales desastres naturales que Cuba enfrenta por su ubicación en el Caribe, las autoridades del país concentran sus esfuerzos en el estudio de los riesgos para reducir el impacto en la economía y la población.
En su disertación, Elsa Fonseca hizo énfasis en la estrategia cubana de disminuir la vulnerabilidad en los casos de ciclones tropicales con un análisis profundo de los riesgos a que se enfrentan y cómo pueden ser reducidos.
“Es posible reducir el riesgo y también evitar el desastre. El desastre se provoca cuando el riesgo no está bien manejado”, dijo Fonseca, en el marco de la conferencia que dictó con el título: “Peligros y riesgos de desastres en Cuba”.
La microbióloga, al servicio del Ministerio de Ciencias cubano, subrayó que ante la eventualidad de un ciclón tropical está claro que no puede actuar sobre el peligro que éste representa, pero sí disminuir la vulnerabilidad con medidas que reducen el impacto del fenómeno.
“Si tú disminuyes los elementos expuestos al peligro, disminuyes el riesgo y, por tanto, evitas el desastre. Se trata de lograr el menor impacto en personas, viviendas, animales y estructuras en general que pueden ser víctimas del fenómeno”, explicó.
Para edificar sobre los peligros a los que se enfrenta el archipiélago cubano, Fonseca apuntó que éste está situado en la cuarta región mundial de formación de ciclones tropicales; es un paso obligado de embarcaciones de gran porte; se enfrenta al tránsito de aves migratorias; y está próximo a una zona sísmica, originada por el contacto entre la placa del Caribe y Norteamérica.
En la exposición recordó el impacto en territorio cubano, en 2008 de tres huracanes – Gustav, Ike y Paloma- y las lecciones que dejó en los organismos oficiales y la población en general sobre medidas que deben adoptarse para reducir en lo posible los daños.
Indicó que en Cuba corresponde las labores de prevención y actuación ante los desastres naturales se enmarcan en el Sistema de Medidas de Defensa Civil, que prevé un conjunto de medidas políticas ideológicas, económico-sociales, de orden interior, jurídicas, de relaciones exteriores, de informática y comunicación y militares.
Fonseca manifestó que durante décadas, en Cuba se han dedicado muchos estudios al peligro, y eso abarca los ciclones tropicales, las inundaciones, así como también los sismos y otros fenómenos, porque están muy conscientes de que solo así puede reducir los daños que traen consigo acontecimientos inevitables.
En el caso del cambio climático, señaló que está pronosticado que con sus efectos, aumenten los peligros naturales, no solo en probabilidad, sino también en frecuencia e intensidad. “Por eso –insistió- es importante estudiar la vulnerabilidad”
Añadió que ante tal realidad también se esta trabajando en las medidas de adaptación al cambio climático “Se trata de tomar medidas de adaptación para cuando se produzcan los impactos motivados por el cambio”.
La visión dominicana
Tras la intervención de Abel Nazaire, coordinador de la Comisión Permamente de Gestión de Riesgos de Haití, que se centró en destacar los esfuerzos que desde ya se hacen en el país vecino de la República Dominicana de cara a la temporada ciclónica de 2009 y en la importancia del trabajo desarrollado con las comunidades en cada punto del país, llegó el turno del Mayor General Luna Paulino para cerrar el turno de panelistas.
Explicó cómo está organizado el sistema de prevención, mitigación y respuesta contra los desastres y que, por su estructura, se integran los niveles estatal, provincial y municipal. Se centró en el impacto de los huracanes, con sus efectos de lluvia y viento. “En nuestro país vemos cómo la prensa presenta cuadros calamitosos de vulnerabilidades. En el norte, los más vulnerables son los que viven en lugares no adecuados para la gestión humana, es decir, mayormente los pobres. En nuestras zonas urbanas, los más vulnerables son aquellas personas que viven en pobreza”.
Así, Luna Paulino afirmó que “la vulnerabilidad es fruto de la acción del hombre, no de la naturaleza. Construimos vulnerabilidades en las zonas rurales y en zonas urbanas. Cuando levantamos edificaciones en lugares que no son aptas para la construcción, construimos vulnerabilidades. Nuestro sistema tiene una legislación concreta, y debe haber actitud de respeto hacia ella”.
A continuación, el responsable de la Defensa Civil dijo que en “el Caribe, cada año, sus islas más pobladas aportan hasta 1,000 víctimas mortales por año en temporada de ciclones. Lo que debemos estudiar, entonces, son los sistemas. Y debemos ver qué prioridad dan los tomadores de decisiones a la prevención. Nosotros hemos pasado de una actitud reactiva, de respuesta, a la prevención, en la Defensa Civil”.
Profundizó con su idea hablando de las evacuaciones preventivas, “algo que hicimos en 2008, en comunidades que usualmente se veían afectadas. Nos permitieron evitar las muertes. Lección aprendida. Aumenta la demanda de alimentos, medicinas, asistencia médica…, en los albergues, pero se justifica por salvar una vida humana”.
Luna Paulino destacó la bondad de las telecomunicaciones, del celular como herramienta de apoyo. “La gestión del riesgo en la fase posterior al fenómeno tiene procedimientos por ley para respuesta inmediata y reconstrucción, pero en la práctica se ha desarrollado otra dinámica: nuestras comunidades están sumamente comunicadas por celular, lo cual es magnífico ante situaciones de colapso. Nos llaman para decir dónde está el problema. Ha surgido una modalidad práctica y eso permite una respuesta rápida, aunque también lecturas políticas si se falla. Pero esto sólo funciona si hay alerta temprana que permite la gestión del riesgo”.
Al final, luego de la sesión de preguntas y respuestas, se pasó al lobby de FUNGLODE para un brindis de una actividad titulada "Los desastres naturales en el Caribe en 2008: Haití, Republica Dominicana y Cuba" y que continuará este viernes con una jornada completa de paneles sobre la materia.

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