miércoles, 30 de marzo de 2011

DISCURSO DEL GOBERNADOR DE SANTIAGO LIC. RAUL MARTINEZ CON MOTIVO DEL 167 ANIVERSARIO DE LA BATALLA DEL 30 DE MARZO

por valentin abreu


El día 30 de marzo del año 1844 un puñado de hombres mal armados, peor vestidos y con provisiones mínimas de comida y agua, protagonizó un episodio de estelar importancia en nuestra historia.

Apenas unas semanas después de haberse proclamado la creación de nuestra nacionalidad, el Ejército Haitiano intentó recuperar el dominio de nuestro territorio, organizando una brutal invasión con miles de soldados, uno de cuyos cuerpos esenciales se dirigió al Norte del país, con el propósito de tomar Santiago y Puerto Plata.

Y fue aquí en Santiago, donde un grupo de hombres y mujeres valerosos, con escasos recursos materiales, pero con espíritu resuelto y firme determinación, consolidó la epopeya creadora de una nación libre y soberana.

Fue aquí, en estas tierras pródigas del Cibao, donde sellamos nuestro destino, pasando de la quimera a la realidad.

Fue aquí, en el suelo de Santiago, donde enarbolamos con coraje y con orgullo el estandarte de la libertad dominicana.

Hoy celebramos este día contemplando como el sueño de nuestros patriotas ha levantado a una nación vibrante, progresista y solidaria, que construye el presente en democracia, y que mira hacia el futuro con ilusión.

Los que participaron en la Batalla del 30 de Marzo cumplieron con el deber que les correspondía, en aquel momento señero de nuestra historia.

Nos toca a ahora a nosotros completar su obra, promoviendo los valores de paz, justicia social y de fraternidad con todos los pueblos de América y el mundo.

Un prócer del siglo pasado, el Profesor Juan Bosch, nos indicó el camino que debemos recorrer cuando, siendo Presidente de la República en el año 1963, vino a nuestra ciudad para celebrar esta fecha.

En aquel momento, el padre de la democracia dominicana nos decía lo siguiente: ya hoy no necesitamos montar culebrinas ni cañones en el fuerte Libertad. Hoy lo que necesitamos es algo distinto. Lo que necesitamos es trabajar todos, luchar todos para que ningún dominicano se acueste con el sentimiento de que en esta patria suya, por la cual murieron sus mayores, alguien se va a la cama sin comer.

Esta enseñanza mantiene su validez ahora, cuando el reto que tenemos por delante no es librar una guerra militar, sino ganar la batalla contra la pobreza y el desempleo, contra la delincuencia y la falta de oportunidades, contra el analfabetismo y la marginalidad.

Debemos luchar en medio de circunstancias difíciles, con un contexto externo matizado por la turbulencia política, y por el alza de los precios del petróleo y de los alimentos en el mercado internacional.

Sin embargo, a pesar de los obstáculos que hay en el camino, hoy podemos decir con firmeza que el pueblo dominicano está ganando esta batalla.

La República Dominicana mantiene un nivel de crecimiento económico sostenido, al tiempo que presenta al resto del mundo un proceso evidente de consolidación de su democracia y preserva una envidiable estabilidad social.

Avanzamos hacia la cristalización del sueño de los Padres de la Patria con pasos firmes, transitando el sendero del progreso, la modernización y el desarrollo institucional.

Tenemos grandes desafíos por delante, pero vamos a superarlos de la misma manera como derrotamos al ejército invasor en la Batalla del 30 de Marzo: con la unidad monolítica de un pueblo que está decidido a que en su tierra imperen la justicia, la democracia y la libertad.

Que vivan José María Imbert y Fernando Valerio!

Y que sepan, donde quiera que estén, que su ejemplo está sembrado en el alma y en el corazón del pueblo dominicano!!

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