miércoles, 13 de marzo de 2013

FUERA DE CÁMARA Modesto Guzmán también defiende a Balaguer


LA ISLA DIGITAL.R.D.

César Medina



La controversia sobre el “amor senil” de Balaguer no ha terminado... Ahora es Modesto Guzmán quien critica la forma destemplada en que Humberto Salazar se ha referido a su líder.

Su carta:
Estimado don César:
Con el acierto que caracterizan sus juicios, usted publicó en su columna que el doctor Joaquín Balaguer ñcomo todo gran líder, sobre todo los de la vieja escuela, añado yo- suscitó muchas opiniones encontradas sobre sus pensamientos y obras. Sus ejecutorias aún son temas de discusión en numerosos círculos de opinión. En ese mismo artículo y mediante carta, el amigo Humberto Salazar opinó sobre “su líder” de manera que a todos nos llenó de sorpresa, y al mismo tiempo, como balagueristas, de consternación.

Había decidido no hablar sobre este tema, pero al guardar silencio pecaría de ingrato. Ingrato ante la memoria y la persona de Joaquín Balaguer. Porque no se puede mancillar gratuitamente la imagen de un líder nacional, y menos si quien lo hace es un correligionario beneficiario directo de ese liderazgo. No es justo, ni decente, que un dirigente del mismo partido que fundó y llevó al poder el doctor Balaguer ahora se exprese con frases irrespetuosas y desconsideradas del líder espiritual de “su” organización.

Agradecimiento no implica necesariamente acallar los errores del líder, siempre y cuando esto se desenvuelva dentro del marco político o entorno a sus ejecutorias públicas, pero tocar su vida privada con inmerecido desdén y subestimación, inclusive, con prejuicios, significa una intromisión en sus derechos a la intimidad, no importa cuál sea su edad, y una agresión personal incalificable a un 


supuesto “amigo” que ya ni está para defenderse.


Joaquín Balaguer trasciende con su reconocida capacidad política e intelectual y sus aportes al crecimiento material y espiritual del país a todo lo que en él pudieron ser pequeñas y muy humanas debilidades o simplemente preferencias, por lo demás comunes con sus variables a todos los hombres en sus diversas etapas vítales. Hechos y pensamientos superiores colocaron a Balaguer por encima de muchos de sus seguidores y de otras parcelas políticas, al punto de lograr ver en vida cómo los amigos y los adversarios de antes coincidían en declararlo “Padre de la Democracia Dominicana “.

Son muchos los que defienden incondicionalmente la mayoría de sus decisiones relacionadas con sus gobiernos, su proceder como persona, mientras otros rabiosamente las condenan. Es probable que ni los otros estén completamente en lo cierto. Como escribiera Valery, “toda claridad exige una porción de sombra”. Y en Balaguer predominaron las luces.

¿Qué le pasó a Humberto, a quien oí en muchas ocasiones ponderar de manera pública y privada las virtudes de este eminente dominicano y hasta defenderlo con la vehemencia que le caracteriza? ¿Acaso tuvo un lapsus? ¿Cómo es posible que no ponderara que es uno de los voceros de PRSC, al referirse al principal activo histórico de la organización como si de un enemigo se tratara? ¿Algún resentimiento? No lo entiendo.

Sean cuales fueren sus recónditas motivaciones, cabe la rectificación. Creo que Humberto debe enmendar este error que nos daña a todos y agranda la escisión que a todos los balagueristas y reformistas nos mantiene al filo de la desunión y la ruptura en el partido de Balaguer.

Sobre la anécdota en cuestión sólo diré lo siguiente: En un gobierno suceden muchas cosas, “unas que se ven y otras que no se ven”, así como algunas que no se dicen tan solo porque son parte de la razón de Estado o por simple discreción y lealtad ante la confianza depositada por el líder en alguno de sus colaboradores. En un gobernante, como todo ser humano, han incidido históricamente muchos factores, entre ellos las emociones y la voluntad política. Por ello, el caso de Puerto Plata no es una excepción.

Con sentimientos de consideración y estima le saluda,
Muy cortésmente,
Modesto Guzmán.

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